lunes, julio 31, 2006


ComunicaTE

"Más que una simple bebida relajante , el té, en Japón constituye un verdadero arte de vivir que permite, según costumbres y creencias locales, acercarse a la perfección".

Agencia Mediterránea para Osmoz

Japón posee una multitud de perfumes: el de las flores de cerezos que caen en primavera, unas fragancias sorprendentes en los bosques, al acercarse de los templos budistas o shintoistas ..Sin olvidarse del aroma del té verde, la bebida más corriente del país. A la vez suave y amarga, esta infusión es una verdadera institución en Japón. Según la leyenda, el descubrimiento del té es debido a un monje budista indio llamado Dharma. El mismo había prometido no dormir para dedicarse plenamente a la meditación. Pero un día no pudo resistir al sueño, al despertar, lleno de remordimiento, se arrancó los párpados y los enterró para nunca más dormirse.

Unas semanas más tarde creció en ese mismo lugar un árbol de té. El monje probó algunas de sus hojas y se dio cuenta que le permitían luchar contra el cansancio.El té apareció en Japón en el siglo VIII con motivo de las peregrinaciones de los monjes budistas. Rápidamente el "chado" (vía del té) se convirtió en un arte asociado a una ceremonia: "Cha no yu". El chado viene a ser un verdadero modo de vida que permite descubrir la verdadera belleza de las cosas. La ceremonia es a la vez codificada y sencilla. Existen variantes en función de cada escuela pero las reglas principales son las mismas.

Ceremonia depurada
ceremonia depurada La ceremonia del Cha no yu puede durar de 45 minutos a 4 horas. Se desarrolla en el fondo de un jardín tradicional japonés, en una casita construida al efecto. Pueden participar un máximo de 5 invitados. Antes de penetrar en la casita, los invitados tienen que pasearse en el jardín hasta un pequeño pozo, donde se mojan las manos y la boca en señal de purificación. El dueño les invita entonces a entrar en la casa. La decoración es muy escasa: un jarro con algunas flores, un kakemono ( rulo colgado ) y los instrumentos necesarios a la ceremonia.


El té se prepara con el "matcha" (té verde en polvo) sobre el cual se vierte el agua hirviendo. La preparación se bate luego con un palo de madera. El dueño presenta entonces el tazón al invitado principal y se inclina ante él. Con la mano derecha, coge el tazón y lo deposita en la mano izquierda del invitado, y lo vuelve a saludar. El tazón le ha sido presentado con la cara principal dirigida hacia él, el invitado le dará las vueltas necesarias después de cada sorbido, para que al terminar, la cara decorada se encuentre frente al dueño de la casa.La ceremonia del té es hoy en día una actividad reservada a las clases de alto nivel, pero cualquier hija de buena familia tiene que aprenderla.

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